Una pequeña vista atrás...

       Cuando alguien que nos importa se marcha de nuestras vidas deja un hueco que, aunque con el tiempo se transforma, siempre permanece. Y la pérdida de un ser querido es probablemente uno de los pozos más oscuros y aterradores de los que nos puede tocar salir.
He perdido a alguien importante en mi familia, motivo por el cual he tenido que darme un respiro y dedicarme enteramente a los que me necesitaban. Aunque siendo sincera en realidad nos necesitábamos todos... los unos a los otros. Es increíble cómo de la adversidad se pueden fortalecer los lazos. Sin duda he perdido a alguien, pero a cambio he ganado la humanidad, cercanía y cariño de los que están aquí, conmigo, a unos niveles que nunca imaginé.

       Pero este bache no es el único que me ha tenido apartada de las teclas. En medio de esta gran pérdida, de manera que siento que no me ha permitido llorar tanto como hubiera deseado su adiós  y sosegar mi congoja en definitiva, Padrerizo y yo hemos tenido un pequeño accidente de tráfico. Nada grave, por suerte, aunque su coche fue declarado siniestro total.
Mientras esperábamos completamente parados y confiados al final de la cola en un ceda el paso, un coche que llegaba a una velocidad importante para la zona, no pudo frenar a tiempo y se estampó contra nuestro coche. El conductor iba distraído sujetando una bombona de gas con la mano, situada en el asiento trasero de su coche... No ocurrió nada de gravedad como digo, pero ambos, especialmente yo (iba de copiloto y al ser más pequeña, no tengo la misma resistencia que él a un impacto) sufrimos un grave latigazo cervical. He estado yendo a rehabilitación durante bastante tiempo, sin poder hacer nada más que descansar y relajarme en ciertas posturas. De no poder hacer nada, no he podido ni tan siquiera escribir aquí, puesto que uno de los síntomas consistía en que se me dormían y dolían parte de las manos y el antebrazo a causa de la lesión, hasta el punto de impedirme hacer algo tan sencillo como esto. Y ni qué decir que ahora estamos metidos en juicio por culpa de las aseguradoras.
Ahora por fin estoy bastante recuperada, aunque todavía con alguna secuela que irá remitiendo con el tiempo. Así que he vuelto, ¡y con muchas ganas! Escribir aquí resultaba realmente terapéutico. Creo que de poder haberlo hecho todo este tiempo, probablemente habría contribuido a afrontar las cosas con más calma tras el desahogo.

       Pero no todo han sido malas noticias. Y es que este periplo de tiempo no ha podido ser más movidito. Cuando he pensado desde siempre en la vida como un gran y perfecto ciclo, pocas veces he podido apreciarlo de una forma tan evidente y literal. Una vida se va, y otra nueva aparece. Ese ser querido se ha marchado dejando aquel mencionado vacío, pero otro ha aparecido para hacerse su propio hueco... al parecer muy grande. Sólo albergo el pesar de que no se hayan podido conocer, coincidir por tan poco. Y esta pena sé que la llevaré el resto de mi vida dentro. SIEMPRE. Pero no puedo obviar la alegría que me ha regalado esta nueva vida que puja por emerger. Sí, efectivamente como habréis deducido ya, estoy embarazada. Y no de poco, 11 semanas. En teoría fue concebido la semana del 9 al 15 de septiembre. Es decir, que Padrerizo y yo dimos en el clavo al primerísimo intento y sin tardar un momento. VÉRTIGO es la sensación que siento ahora cuando pienso en todo. ¿Y qué pasó con aquello del SOP? Pues eso me gustaría a mí saber... Me confieso absolutamente perpleja. O me pasé de eficacia cuando me esmeré a conciencia en conseguirlo con todo el ejercicio, dieta, complementos, relax, temperaturas, fechas y un larguísimo y complejo etcétera para alguien con mi enfermedad (juro que yo me veía, con la idea de mentalizarme por si las moscas, intentándolo un mes tras otro durante BASTANTE tiempo. Estaba concienciada en ello), o sencillamente estaba en el momento justo y en el sitio indicado...
El hecho es que Incógnita ha hecho acto de presencia y falta muy poco para ser resuelta. Pronto tendré que llamarle de otra manera.

       ¿Cómo nos enteramos? ¿Qué le pasó al pobre Padrerizo? ¿Y la familia? ¿Cómo estoy llevando el embarazo? La respuesta a estas preguntas, ¡en el siguiente capítulo! Y os advierto que dan bastante de sí, pues son realmente, digamos, peculiares... como poco. Ya veréis, ya...

       En cuanto al blog, levamos anclas de nuevo rumbo hacia nuevas y desconocidas aventuras, toca también ponerme al día del mundo blogueril, por supuesto. Pues me he acordado mucho de cómo irían algunas otras bonitas historias de otros/as blogueros/as que he tenido la suerte de encontrar por aquí.

       Y tras esta breve mirada atrás, toca dar el primer paso hacia delante.



2 comentarios:

mdemurga 28 de noviembre de 2013, 22:54  

Tu entrada me ha sobrecogido. Ánimos amiga. Personalmente estoy atravesando una situación familiar muy muy muy complicada también, y a pesar de haber conseguido también el tan deseado embarazo, toda esa carga emocional negativa me impide disfrutar con normalidad. Después de leer tu entrada me animo y voy a intentar escribir más a menudo. Porque si todo esto no me hubiera ocurrido, ahora hablaría a diario de mi embarazo en el blog y porque ahora tengo una compi de embarazo virtual (cosa que me ha hecho especial ilusión)

Mucha fuerza y sobre todo de todo ENHORABUENA!

A Cuadros 29 de noviembre de 2013, 23:32  

Compi de embarazo y amiga en la distancia, muchos ánimos para ti también. DE TODO CORAZÓN, AMIGA. La cosas a veces se pueden torcer de una forma atroz y francamente difícil de soportar. Pero esta etapa es única para nosotras y lo será siempre. Seremos mamás por primera vez y debe llegar el momento en que saquemos fuerza de flaqueza, apartando todo a un lado para hacer el hueco que esta experiencia merece. Ya está bien. Ya lo has pasado mal, vivir este momento con dicha e ilusión es lo que mereces, porque es así; te lo debes. Y NADA MÁS. No se trata de ser egoísta, ya que además tu bebé desea y necesita una mamá feliz, es primordial para él. Así que simplemente disfruta...
Creo que lo de escribir te va a venir muy bien, hablar de tu maternidad evidentemente te pondrá en contacto con ella y contigo, te acercará a tu embarazo. Y al involucrarte, no tardarás en recobrar esa ilusión por disfrutar más plenamente de todo lo que te está pasando. Y por supuesto, conlleva un ejercicio de reflexión y desahogo que puede ser muy valioso. Quizá al principio cueste, porque estamos saturadas e intoxicadas por las malas experiencias que hemos estado sufriendo... Tenemos mucho "ruido". Pero con un poquito de empeño, las cosas acaban por fluir. ¡Ya verás!

Muchas más fuerza para ti, un abrazo enorme compi, estoy pendiente de tu preciosa historia.

Publicar un comentario

  © Mamá... ¿MAMÁ?
Google+