... Un paso hacia delante (Parte II)

        Yo pienso a veces que hay ciertas cosas que sólo me pasan a mí. Justo cuando ya tenía cogida la carrerilla para seguir con el blog, comienza mi odisea con.... LAS MUDANZAS (¡¡¡Chan, chan chaaaaan!!!). A mí no me ha mirado un tuerto una vez por la calle, no... Conmigo el tuerto se ha subido a un taxi y le ha dicho al taxista que me siga a todos lados. Y lo peor es que la carrera la voy a tener que pagar yo, veréis.
Y digo mudanzaS, porque no me he mudado una vez, qué va. ¡Para qué, pudiéndolo hacer dos veces! ¡Vaya tontería, oye! Que yo, cuando hago las cosas, las hago bien. Le doy un repaso volviéndome a mudar y aquí no le queda dudas ni a dios. ¡Ahí tienes, pa' que vuelvas! ¡Menuda soy yo! Mudada y re-mu-da-da.

       A modo de resumen, y como ya adelanté en su momento; mientras la casa que estamos construyendo sigue su evolución, teníamos que irnos a vivir a otro lugar ahora que vamos a ser tres. De esta manera no nos quedaba otra posibilidad que el alquiler. Pues bien, después de una intensa búsqueda (debía cumplir algunos requisitos: precio no demasiado elevado, al menos tres habitaciones, buena comunicación con servicios, no muy lejos del hospital y de las familias, además de unas condiciones mínimas de seguridad e higiene. A partir de ahí, el que nos gustara por estética y posibilidades), aunque por suerte no muy larga, encontramos dos posibilidades. Ambas cumplían aparentemente los requisitos. Tras optar por una de ellas, cuando nos disponíamos a entrar con todas las cosas en los coches, descubrimos que aquello era un hervidero de cucarachas. ¡¿Cómo?! Os aseguro que visitamos esa casa dos veces antes, intentando mirar bien cómo estaba. ¡No nos lo podíamos creer! Automáticamente Padrerizo llamó al dueño para rescindir el contrato. No quería, ni él ni yo, que Incógnita viviera en semejante foco de infección. Y nosotros tampoco, ¡qué narices! Conseguimos que firmara un nuevo contrato en el que se comprometía a devolvernos la fianza en un plazo de tres meses (¡se negó a delvolverla pues se había gastado nuestra fianza literalmente en dos días!), junto con la parte del mes en la que no residimos allí, y a no exigirnos el alquiler del resto del año por el que habíamos firmado. No obstante, a día de hoy no ha dado señales de vida por lo que tendremos que seguir llevando el asunto con el abogado. Y la verdad, da mucha rabia, porque además de sentirnos estafados, ha sido en principio como tirar al water un dinero que ahora hace más falta. ¡Qué necesidad!
Volvimos con nuestras cosas a casa y contactamos con el dueño de la segunda opción, esperando que el alquiler aun estuviera disponible. Hubo suerte, pero tuvimos que esperar a que teminara una pequeña reforma y repintara las paredes. Finalmente nos hemos pasado casi dos meses de mudanza.  Entre el trabajo, estudios, los médicos, compras y preparativos varios, otra clase de compromisos que iban surgiendo... hemos ido a paso de tortuga.
Una vez instalados, ya por fin hemos podido contratar internet en casa y demás. Pues evidentemente, no haber podido de gozar de una conexión en el ordenador y la demora en obtenerla, han impedido que pueda actulizar el blog, entre otras muchas otras cosas.

       En fin, al lío y vamos con la segunda parte de la anterior entrada:

           La familia (y amigos):
       ¿Recordáis la imagen de Apu en el anterior post? Pues esa era la expresión de mi madre. Pero a diferencia de Padrerizo, ella no fue capaz ni de emitir los ruiditos. Y eso que ella era cómplice en nuestra búsqueda, sabía de ella. Pues la mujer pasó de 0 a la velocidad el sonido en un parpadeo. De aquella primera expresión pétrea, con el tiempo la mujer se ha liado la manta la cabeza y la hemos tenido hasta que frenar.
Para Incógnita: se ha hecho cargo de comprar toda la ropa de cuna. Biberones y otros enseres para la comida. Ropa para vestirle. Media parte de lo que costaba el carrito. Está empeñada en comprar la cuna.
Para mí: cremas varias, más ropa, suplementos para el embarazo, algún tratamiento médico que no cubrían ninguno de los dos seguros (la Seguridad Social o el privado de Padrerizo, al que me he adscrito yo durante el embarazo y puerperio).
Para la casa: un sofá chaise longue/cama para el salón, una vajilla, una cubertería, calderos y cacharros varios, distintos juegos de toallas y demás enseres de baño, varios sets de cama completos, la compra del mes en comida, productos de limpieza. Una tele de 46" y un robot de cocina.
En este punto Padrerizo y yo, que ya pensábamos que estaba haciendo cargo de demasiadas cosas, hablamos con ella para que no hiciera semejante compra. Ya nos la apañábamos nosotros, no había problema. Sin embargo, erre que erre:  Pero y si yo te quiero regalar una tele, ¡¿es que no puedo?!—. Al final aceptamos, pero a cambio de que permitiera que en unos meses los otros abuelos pagaran parte de la tele y el robot de cocina, ya que ellos también pedían aportar algo para la casa. 
 De verdad que es de lo más estrambótico que me ha pasado en mucho tiempo; que tenga que convencer a alguien de que no trate de regalarme cosas. Pero es que es díficil atajar su ilusión, de verdad. Y aunque sé que desea hacerlo, no vemos justo que ella sola pretenda acarrear con tanto.

       De resto, a mi padre hubo que decírselo por capítulos. Mi tío se echó a llorar a moco tendido de alegría (en realidad él llora por casi todo, para que luego digan de nosotras.), a mi primo casi le da un soponcio de la impresión y luego no paraba de reír... En resumen, todos en mi familia acogieron la noticia con una alegría e ilusión enormes. 
Por parte de la de Padrerizo, les costó asimilarlo cuando dimos la noticia Pero quién está embarazada, ¿la gata?— (Sí; mi suegra. Está el universo, con sus leyes armoniosas y perfectas en su caos tan excelsamente organizado, capaz de producir las cosas y estados más asombrosos e inexpugnables. Y luego está mi suegra. Probablemente por encima de todo ello. Qué decir... no es mala la mujer, nos ha ayudado muchísimo y contamos siempre con su apoyo. Que quede claro, y dicho queda con toda sinceridad. Mentiría si dejese lo contrario. Pero tiene... "sus momentos". No son muy frecuentes, pero ahí están; con su "encanto"). Su hermana no daba tampoco crédito y de primeras no lo encajó del todo bien, aunque ahora mismo parece estar muy feliz con la idea. Sin embargo, el cabeza de familia estaba exultante desde el principio.

       Los amigos estupendamente bien. Incluso me sorprendió muchísimo las reacciones de algunos amigos/vecinos, que prácticamente se emocionaron con la noticia, y a día de hoy están encantados. Nunca se sabe cuándo te puede sorprender alguien. 
La nota discordante la protagonizó un amigo de la familia que no lo encajó nada bien cuando mi tío se lo contó con toda la ilusión del mundo (¡?!). Supongo que tiene que haber de todo en la viña del señor, si no, no se explica.

          Cómo llevo el ambarazo:
        Pues de momento sigo sin poderme quejar. Tengo un embarazo bastante asintomático. Lo único es que alguna vez me duele un poquito la espalda, pero con una fajita que me compró Padrerizo voy tirando muy bien. A estas alturas estoy de 26 semanas y sigo sin mareos o náuseas, no he aborrecido ningún alimento, no se me ha hinchado nada, apenas he subido de peso más que el de la barriguita, no han aparecido de momento varices o estrías, no he tenido sueño y por la noche duermo como una marmota, del tirón. No ha habido complicaciones de ningún tipo, no he notado las famosas contracciones de Braxton Hicks hasta la fecha, etc. Todas las pruebas han salido genial. ¡Rezando y haciendo ofrendas a los dioses estoy para que el resto del embarazo siga como hasta ahora! Aunque seguramente, a punto de entrar en el tercer trimestre, cada vez me notaré más pesada.
La semana pasada Incónita estaba en 750 gramillos. Desde los tres meses y poco ya le notaba en mi interior, supongo que al ser delgada y no tener demasiada grasa corporal. Y en el presente su presencia se nota muchísimo.

       Como ya mencioné, estoy llevando el ambarazo (y puerperio en su momento) entre la Seguridad Social y el seguro privado de Padrerizo. Ya que disponíamos de esta opción gratuítamente, nos acoginos a ella para disponer de más ecos y demás pruebas, para estar más tranquilos en definitiva. También tengo la posibilidad de dar a luz por privado o en el hospital de la Seguridad Social, así como las clases preparatorias al parto. Tenemos que decidir ambas cosas, aunque las clases las comienzo a las 28 semanas, con lo que no queda mucho. Ya hablaré más detenidamente de todo esto según vaya viendo, pros y contras. De momento, no me puedo quejar ni de unos ni de otros. La matrona que tenía por la SS era una profesional estupenda, muy buena como persona en lo que pude conocer. Luego se retiró y ha venido otra, con algo menos de carisma, pero también genial en todos los aspectos. La ginecóloga del privado muy atenta, amable y profesional, nos hace sentir muy cómodos. 

       La semana pasada me hice el test de O'Sullivan (el temido test de la glucosa) por la SS, ya que la matrona se adelantó a la ginecóloga. Estoy esperando a los resultados, que me los dará ella cuando la vuelva a ver este viernes, esperando que todo esté bien. El liquidillo no sabe todo lo bien que cabría, bastante empalagoso. A ver, he bebido "refrescos" mejores, aunque no fue desagradable. Me lo dieron de naranja. No ocurrió nada especial en la hora que luego tuve que esperar sin apenas moverme del sitio. No surgieron las náuseas, ascos o mareos. Lo único malo fue estar una hora sentada sin hacer nada en sí.

       Y como colofón al resumen de cómo están las cosas en la actualidad, aquí un avance de cómo se ve Incógnita últimamente.




       En próximas entregas, ¿se habrá resuelto la Incógnita? ¿Habemus nomine? ¿Habremos decidido dónde dar a luz? ¡Shopping!; ¿cómo va la habitación de Incógnita? ¿Qué ropita y enseres nos faltan por comprar? ¿Queréis ver lo que tenemos?

Pues a esperar a la vuelta de publicidad.



2 comentarios:

Anónimo,  16 de marzo de 2014, 15:41  

Qué bien se le veeeee!!! Qué bonit@!!!! Tienes un lujo de embarazo, en el mío las náuseas no pararon hasta casi el final :(

Las mudanzas son de lo peor, y sobretodo si pasa algo así. Qué caradura! Pero por lo menos eso de ir arreglando el cuarto y las cosiñas de Incógnita seguro que te hace mucha ilusión :P

Bicos!

A Cuadros 18 de marzo de 2014, 11:50  

La verdad es que de momento he tenido mucha suerte... o no; como mencioné una vez, mi madre tuvo el mismo tipo de embarazo. Quizá ha influído.

De las mudanzas estoy hasta el gorro. Pero es cierto, en lo que se refiere a preparar las cosas de Incógnita me encanta. Ayer lo pensaba mientras arreglaba y colocaba algunas cositas en su futura habitación. Estar allí incluso me relaja, se me va el estrés liada con estas cuestiones. Cuando Incógnita esté allí y le dé algún berrinche, igual cambio momentáneamente de opinión, ¡jajajaja! Pero en fin.

¡Besos para ti también, muchas gracias por pasarte y comentar!

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